CASTELLDEFELS
SA ILLA D'ADDAIA
Es costumbre de pescadores de antaño del mediterráneo, buscar antiguos refugios al abrigo de los vientos del sur. Si miramos el mapa con atención, encontramos un lugar que es como una isla, con brazos alargados y encajonados entre las costas pétreas en las bocanas. Capricho de esta costa, pequeños fiordos mediterráneos que se adentran para descansar en una costa baja. Relajada. La casa SA ILLA D’ADDAIA nos recuerda y ensalza la vida relajada de nuestras costas. Ubicada en la playa de Castelldefels, con 206 m² de casa se presenta ante nosotros única y mediterránea. Comprobémoslo… Dicen los pescadores que no hay mejor momento que el vislumbrar desde su llaüt las luces de su hogar. Momento idílico es atravesar nuestro jardín. Claramente diáfano, abierto en la amura, íntimo en la morera, en la trasera, donde cada confidencia queda entre los nuestros y los eventos se convierten en algo irrepetible con sus luces indirectas bajo la luna. Es importante hacer mención expresa a este rincón, un recoveco único y social donde todos están invitados a sentir esta vida tan mediterránea que nos caracteriza. El jardín se complementa con un garaje cerrado y una pérgola para guardar el auto en el día a día. Se dice que la vela de un barco lo cubre en verano y lo transforma en mar. Entramos ya. La luz entra descarada a través de las enormes cristaleras del salón. Imaginar entrar en un lugar donde el exterior se funde de manera natural con el interior. Desde el sofá tu vista puede estar centrada en la luz, en un libro o en el verde de tu jardín. Todo al mismo tiempo. Comedor abierto al salón, salón abierto al jardín, todo creado para sentir, todo sentido para relajar, todo relajado para reír y descansar. Continuamos y atravesamos este espacio tan abierto, abierto hasta la cocina. El rebost de Mahón, las galletas d’Aló, les Banyes o una Fritel-la, son platos que degustar, que deleitar, que cocinar con vistas al jardín, con espacio para desayunar, con momentos que recordar. Un espacio inusitado donde todas las visitas se quedaran hasta altas horas para disfrutar. La planta se complementa con un estudio con baño. Subimos. Bajo mi cama estáis, conchas, algas, arenas, comienza vuestro lugar donde acaban mis sábanas y revive la mar. Tres dormitorios, uno de ellos con altillo y terraza, todos con encanto, tres con espacio, los tres con luz y algo que no se puede explicar pero que te hace sentir como si estuvieras en tu casa y dos baños nos ofrecen descanso y la terraza de la principal, las estrellas del mar. Varada en la arena y recordada de su inspiración, la casa SA ILLA D’ADDAIA nos transporta a emociones y el sentir del mar, del pescador y de sus gentes; gentes de hogar.