CASTELLDEFELS
El ático de Amy Silver
Eloida sale siempre de su piso a las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas… y la misma parada de autobús. Son sólo unos segundos, pero te permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Bienvenidos al ÁTICO DE AMY SILVER que nos recibe con 114m². Eloida siempre se pregunta cuál debe ser esa sensación. Cada mañana los ve. Es una rutina. Excelente rutina. Pasamos a conocerlo. Al entrar se abre ante nosotros el sol del sur, el sol de Atón, el que todo lo ilumina, el que hace que este gran salón se convierta en un espectáculo en sí mismo. Resulta muy sencillo cruzarlo hasta la terraza y fijarnos en que ya no tiene cortinas. A Amy, no le gustan. Nadie me ve. Salimos a la terraza. Con un café en mano y tras haber inspeccionado la cocina hasta el fondo y descubrir lo práctica y bonita que es, nos sentamos a ver el infinito. Ahora me doy cuenta de lo que me contaba Eloida con ilusión. Cómo debe ser desayunar cada día en este lugar. No puedo evitarlo. Me asomo a ver la zona comunitaria. Amy me comenta que estos meses han sido muy agradables. Se podía pasear por el jardín, resguardarnos a la sombra de una pérgola mientras estás pensando en cómo me voy a lanzar a la piscina. Volvemos a entrar con ganas de seguir descubriéndolo. En la misma planta encontramos dos dormitorios dobles que comparten un baño. Todo gran lugar siempre vive una gran sorpresa. Subimos a la planta de arriba. Destinada única y exclusivamente a disfrutar de nuestra privacidad, de nuestras confesiones, de lo único por lo que merece vivir. Felicidad en estado pleno. Nos encontramos Una habitación grande con armarios gigantes que le sigue a un baño de fantasía. Aquí no queda la cosa. Se abre ante nosotros una terraza privada con un yacusi cerrado que se puede regular la temperatura para que ni en el más frio de los inviernos dejemos de sentir. El piso se complementa con una plaza de parking y un trastero. Tras haber conocido al ÁTICO DE AMY SILVER me doy cuenta que desde este momento cada vez que pase por delante me sentiré como ELoida.