CASTELLDEFELS
LA CASA DEL PESCADOR DE LA CALA RUSTELLA
Hace mucho tiempo, cuando en la comarca de Roses no contaba más que con cuatro casas, vivía allí un joven pescador quien, como de costumbre, salía a hacer lo propio todas las mañanas antes de romper el alba. Así comienza la historia, la CASA DEL PESCADOR DE LA CALA RUSTELLA. Con 368m² construidos y ubicado en el barrio de Montemar en Castelldefels, nos invita a conocer la vida cerca del mar. Comenzamos. Un buen día, con un sol radiante y el mar totalmente en calma, se encontraba el pescador en la playa de Roses, fondeado y pescando sosegadamente. Comenzamos por el jardín. Son 698m² que rodean la casa. Diseñado plano para que fluya por los diferentes ambientes separados únicamente por árboles y plantas que ejercen de barreras íntimas y ofrecen la sensación de vivir en este nuestro mediterráneo. El jardín dispone de un porche con barbacoa que ofrece una excelente sombra para los días de verano y las noches intensas. Se complementa con una piscina de 38m² además de una íntima bodega subterránea. Vamos para adentro. La casa fue diseñada y construida en el año 89. Época en donde se hacían con paciencia, ladrillo a ladrillo. Nada más cruzar el umbral percibimos el cariño con el cual se han distribuido espacios y ambientes. Nos movemos al salón. Salón grande y cuadrado, en dos ambientes donde podemos resaltar la perfecta orientación al mar. Un detalle que no puede pasar por alto es la chimenea y la salida a una terraza de manera que la luz fluye de igual forma por toda la estancia, compartiendo sensaciones y luminosidad. Seguimos por la cocina de estilo y sensación de mare nostrum gironí. Rústico a la vez que moderno generando “caliu”. La casa dispone de 5 dormitorios dobles más un despacho. Subimos a los dormitorios. Ninguna casa debería existir sin vistas al mar. Cada casa debería pertenecer al viento y a las olas. El mar y la casa deberían vivir juntos uno delante del otro para confiarse sus secretos. El dormitorio principal dispone de baño al cual se accede desde el vestidor. Dos dormitorios más junto con un baño completan la planta. Subimos al la buhardilla. Decía Josep Pla que en las noches secas y de cielo rutilante, el acetileno tenía un resplandor entre blanco y azulado; en las noches húmedas y caliginosas se volvía de una rojez amarillenta, afinada. La única forma de verlo es a través de estos dos dormitorios dobles que comparten un gran solárium hacia la inmensidad. Bajamos al sótano. Construida una cocina además de una barbacoa para hacer paellas, descubrimos un rincón entrañable donde hacer nuestro deleite y ágapes a petit comité. Un segundo salón tipificado como de verano. Justo al lado del garaje para dos coches, justo al lado del porche, justo al lado del jardín creando un espacio muy íntimo y absolutamente agradable para los sentidos de los amigos y familiares. La CASA DEL PESCADOR DE LA CALA RUSTELLA te pregunta, qué le falta a la vida cuando en una noche de verano el hálito de las estrellas abre las ventanas y nos tira dentro el perfume del mar.